8.1 ENTALPÍA DE REACCIÓN Y ENTALPÍA DE FORMACIÓN
Durante toda
su existencia, la humanidad ha utilizado reacciones químicas para producir
energía. Estas han sido desde las más rudimentarias, como la combustión de
madera o carbón, hasta las más sofisticadas, como las que tiene lugar en los
motores de aviones, naves espaciales, lanchas ultrarrápidas y automóviles de
carreras. Como sabemos, las reacciones químicas van acompañadas de un
desprendimiento o de una absorción de energía. (Las reacciones químicas son
utilizadas para producir energía, y estas han sido utilizadas desde las más
conocidas y empleadas, como0 la combustión de madera; y las más complejas, como
las que emplean los motores de avión y autos de carreras. Y estas van
acompañadas de desprendimiento o absorción de energía).
Las
reacciones químicas provocan una variación de energía, que suele manifestarse
en forma de calor. Su estudio es muy importante, por lo que en este
bloque se determinará el calor absorbido o desprendido en las reacciones, así
como los posibles métodos para su determinación. (Al llevar a cabo una reacción
química estas provocan un cambio de energía, que a veces se puede presentar en
forma de calor. En necesario conocer y estudiar el comportamiento del calor en
las reacciones químicas, pues puede ser absorbido o desprendido, además de los
medios para saberlo).
Antes de
continuar, se establecerá el significado de algunos términos que se emplean con
frecuencia, como la palabra sistema. Por sistema se entiende la porción
específica del universo en el cual se enfoca la atención. (Es de gran
importancia tener presente el significado de algunos términos muy empleados en
estos temas. Uno de estos términos puede ser el sistema, el cual puede
entenderse o darle el significado de aquella porción marcada en el universo en
el cual colocamos nuestra atención).
Por ejemplo,
si se quisieran considerar los cambios que se producen en una solución de
cloruro de sodio y nitrato de plata, la solución es el sistema, mientras que el
vaso de precipitados y todo lo demás son alrededores. (Para darnos una idea y
entender con facilidad, tenemos el siguiente ejemplo: en una mezcla de cloruro
de sodio y nitrato de plata, en la cual se quieren considerar los cambios que
se llevan a cabo, la solución es el sistema y lo demás son los alrededores).
Para explicar
los cambios que se producen en un sistema, es necesario definir con precisión
sus propiedades, antes y después de que se produzca el cambio. Por lo regular,
esto se hace al especificar el estado del sistema, es decir, al reunir un grupo
específico de condiciones de presión, temperatura, numero de moles de cada
componente y su forma física (por ejemplo gas, liquido, solido o forma
cristalina). Al especificar estas variables, se han fijado todas las
propiedades del sistema. Por tanto, el conocimiento de estas características
permite definir sin ambigüedad las propiedades del sistema. (Para poder
explicar los cambios de un sistema, es necesario conocer algunas de sus
características antes y después de que el cambio se vea efectuado. Dichas
características pueden ser condiciones de presión, temperatura, número de moles
de cada componente y su forma física, ya que estas permiten conocer sus
propiedades).
Continuando
con el tema, diremos que en los siglos XVII y XVII, los mundos de la química y
la física parecían estar bien delimitados. La química se enfocaba al estudio de
aquellos cambios que implicaban alteraciones en la estructura molecular, entre
tanto la física se encargaba del estudio de aquellos cambios que no implicaban
dichas alteraciones. (Tal parece que en los siglos XVII y XVIII, los estudios
de química y física se encontraban limitados, pues la química tenía un enfoque
hacia los cambios que generaban alteraciones a las moléculas; y la física se
centraba en el estudio de los cambios que no implicaban dichas alteraciones).
De esta
manera, mientras que la primera parte del siglo XIX Davy se
ocupaba de alterar la ordenación molecular de los compuestos inorgánicos
y Berthelot la de los compuestos orgánicos, los físicos Joule,
Mayer y Helmholtz estudiaban el flujo del calor, al que
denominaron termodinámica (las palabras griegas que significan movimiento de
calor). En 1840, su trabajo comprobó que en los cambios sufridos por el
calor y otras formas de energía, no se destruye ni se crea energía. A este
principio se le llamó la Ley de la conservación de la energía o primer
principio de la termodinámica. (Así que en el siglo XIX había
investigadores encargados de estudiar alteraciones moleculares en compuestos
orgánicos e inorgánicos. De igual manera los físicos Joule, Mayer y Helmholtz
que estudiaban el calor, descubrieron y publicaron en 1840, la ley de la
conservación de la energía o primer principio de la termodinámica).
A estos
trabajos se sucedieron las aportaciones de los físicos Carnot, Thomson,
Kelvin y Clausius, quienes demostraron que el calor, abandonado a sí
mismo, fluye espontáneamente de un punto de mayor temperatura hacia otro con
menor temperatura, y que a partir del calor se puede obtener trabajo
solamente cuando existe tal flujo de calor a través de una diferencia de
temperaturas. Esta inferencia se generalizo para aplicarla a cualquier forma de
energía que fluye desde un punto de mayor intensidad hacia otra de menor
intensidad. (Calor, abandonado a sí mismo, fluye espontáneamente de un punto de
mayor temperatura hacia otro con menor temperatura, fue una de las aportaciones
que dieron los físicos Carnot, Thomson, Kelvin y Clausius. Esta aportación se
fue generalizando para ser aplicada en cualquier tipo de energía).
Por su
parte, en 1850, Clausius estableció el término entropía para
designar la proporción entre el calor contenido en un sistema aislado y su
temperatura absoluta. Asimismo, demostró que en cualquier cambio espontaneo de
energía, la entropía del sistema se incrementa. Este principio se llamo segundo
principio de la termodinámica. (Cualquier cambio espontaneo de la energía,
la entropía del sistema se ve aumentada. Este es el segundo principio de
termodinámica, el cual demostró el físico Clausius en 1850, al igual declaro el
término entropía, para designar la proporción entre cantidad de calor de un
sistema y su temperatura).
Tales
avances en el terreno de la física no podían aislarse de la química, ya que
después de todo, aparte del Sol, la mayor fuente de calor en el mundo del siglo
XIX residía en las reacciones químicas, como la combustión de la madera, el
carbón y el petróleo. Por esta misma época, también se observo que otras
reacciones químicas desarrollaban calor, por ejemplo, la neutralización de
ácidos por bases. De hecho, todas las reacciones químicas implican algún tipo
de transferencia térmica, ya sea de emisión de calor (y a veces luz) al
entorno, o bien la absorción de calor y a veces de luz) desde el entorno. (Los
avances en el terreno de la química no se quedaron atrás, ya que, se vieron
varias combustiones que producían calor, como la combustión del petróleo y
carbón. Claro está que toda reacción química implica algún tipo de
transferencia térmica, ya sea de absorción o de emisión).
En 1840, los
mundos de la química y de la física se unieron y comenzaron a marchar juntos
gracias al trabajo del químico ruso-suizo Germain Henri Hess
(1802-1850). Hess dio a conocer los resultados de las cuidadosas medidas que
había tomado sobre la cantidad de calor desarrollada en las reacciones químicas
entre cantidades fijas de algunas sustancias. (El químico ruso-suizo Germain
Henri Hess logro que en 1840 la física y la química se vieran enlazadas y
comenzarán a trabajar con un mismo fin. Además fu él quien hiso saber a todos las
medidas que había tomado sobre la cantidad de calor en una reacción química).
Logró
demostrar que la cantidad de calor producida (o absorbida) en el paso de una
sustancia a otra era siempre la misma, sin importar la ruta química por la que
había ocurrido el cambio, ni en cuantas etapas. Debido a esta generalización
(Ley de Hess), esta personalidad es considerada en ocasiones como el fundador
de la Termodinámica (química del calor de las reacciones químicas). Con base en
dicha ley, parecía altamente probable que la ley de la conservación de la
energía se aplicase tanto a los cambios químicos como a los físicos. (Hess
proclamó una ley que decía que la cantidad de calor que se produce en el cambio
de una sustancia, sin importar como hubiera ocurrido ni en cuantas fases. Esto
conllevo a pensar que la ley de la conservación de la energía también podía ser
aplicada a otras reacciones).
Entre 1860 y
1869, Pierre Berthelot, quien había hecho importantes trabajos en síntesis
orgánica, concentro su atención en la termodinámica. Para ello, ideó algunos
métodos para efectuar reacciones químicas dentro de cámaras cerradas rodeadas
por agua a temperatura conocida y a partir del incremento en la temperatura del
agua circundante al finalizar la reacción, podía medirse la cantidad de calor
desarrollada por la misma. Utilizando este tipo de calorímetro (de la palabra
latina que significa “medida de calor”), Berthelot obtuvo determinaciones
cuidadosas de la cantidad de calor desarrollada por cientos de reacciones
químicas. (Pierre Berthelot, obtuvo datos precisos del desarrollo de calor en
varias reacciones químicas gracias al método del calorímetro. Este método
consistía en llevar a cabo la reacción en una cámara rodeada por agua cuya
temperatura es conocida, y entonces el cambio de temperatura ayudaba a medir la
cantidad de calor).
A partir de
la anterior explicación sobre el calor en las reacciones químicas, podemos
decir que una razón por la cual se lleva a cabo es porque los productos
alcanzan un estado de energía menor, más estable que el de los reactivos. Para
que los productos alcancen este estado más estable, se debe liberar y emitir
energía a los alrededores en forma de calor (o como trabaja hoy el calor).
(Podría decirse que el calor en las reacciones químicas tiene una importancia,
ya que el producto resulta con una energía menor lo que lo hace más estable que
los reactivos; pero para lograr la estabilidad de dichos productos debe haber
una liberación o emisión de calor).
Cuando se
neutraliza una solución de una base agregando un ácido, la liberación de
energía se nota por un aumento inmediato de temperatura en la solución. Por
ejemplo, cuando el motor de un automóvil quema gasolina, desde luego libera
calor, y al mismo tiempo parte de la energía que efectúa el trabajo de mover el
automóvil. (Cuando se lleva a cabo una reacción de neutralización de una base
con un ácido, la energía que se libera se distingue por el aumento de
temperatura en la solución. Ejemplo: cuando un automóvil quema gasolina,
produce calor, pero alguna parte de la energía liberada se ocupa
de moverlo).
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